Nota muy interesante extraída de lanacion.com
Por Rodrigo Herrera Vegas
La meta de migrar la matriz energética a energías renovables se está acercando lentamente. La semana pasada, el físico Daniel Kammen de la Universidad de California ofreció una presentación en la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable de La Nación, en donde presentó numerosos conceptos de los cuales destaco algunos en particular:
Hemos consumido hasta ahora un poco menos de la mitad del petróleo fácil de obtener
El bitumen arenoso de Canadá multiplicaría esas reservas unas 3 veces aunque es casi 2 veces más costoso obtenerlo. El impacto ambiental en las zonas donde se lo obtiene es muy grande
Se puede convertir carbón en combustible líquido a un precio también mucho mayor al del petróleo y esto también aumentaría las reservas unas 5 veces aproximadamente
Estos tres puntos dan lugar a que sin intervención de Gobiernos, el libre mercado difícilmente se vuelque a las energías renovables. Según Kammen y el 97% de los científicos, el cambio climático antropogénico (causado por el hombre) es una realidad y causará severos problemas en el mediano plazo
La mayoría de los Estados dentro de los Estados Unidos ya tienen políticas con el objetivo de utilizar entre 20% y 30% de energías renovables entre 2020 y 2030
El especialista dice estar tranquilo que los Estados Unidos va a cumplir su parte en la migración hacia renovables pero no se lo pudo ver del todo tranquilo respecto a que cumplan los gobiernos europeos. Esto me llamó especialmente la atención, dado el panorama que disponen en el cuidado del medio ambiente. Países como España, Alemania y Dinamarca mejoraron sus matrices energéticas y sobre todo los habitantes vienen utilizando autos más eficientes y generando energías renovables desde sus hogares.
Desde esta perspectiva, una iniciativa europea que me llamó especialmente la atención es la del super gris o súper grilla. El concepto es crear una infraestructura entre Europa y África del Norte para alimentar toda la zona con energías renovables. Sin duda, el concepto está empezando a ganar adeptos. Numerosos estudios han demostrado que una buena mezcla de fuentes generadoras distribuidas geográficamente podrían suministrar de energías limpias a toda la zona. El resultado podría reemplazar el uso de combustibles fósiles en una escala sin precedentes proveyendo electricidad para más de 1000 millones de personas en 50 países.
Los grandes fabricantes de equipos están formando consorcios tanto alrededor de la súper grilla Europea-Africana como de la iniciativa Desertec , mediante la cual se planea realizar una gigantesca central de energía solar térmica en el desierto del Sahara. Estos estudios apuntan también a crear un modelo replicable para otras regiones del mundo.
El alemán Gregor Czisch de la Universidad de Kassel es uno de los mayores defensores del proyecto. Su propuesta consiste en desarrollar una grilla a gran escala en Europa y el Sahara interconectando sitios lejanos con generadores de electricidad abastecidos por fuentes renovables, básicamente eólica, solar, hidroeléctrica, y biomasa. Esta infraestructura se podría llevar adelante con tecnología existente al día de hoy. Para ello, desarrolló un modelo matemático al cuál le ingresó los datos geográficos, de viento, insolación, consumo, entre otras variables, y el sistema le respondió con una distribución económica óptima para aprovechar al máximo la generación y distribución de energía asegurando la demanda los 365 días del año.
El resultado óptimo generado por la computadora es una combinación basada en un 66 por ciento con energía eólica, disponible en prácticamente todas las zonas pero de manera diferente según la temporada del año. Por ejemplo, en Europa del norte los vientos son más confiables en invierno mientras que en el Sahara soplan en verano.
La super grilla compensa las fluctuaciones de energía eléctrica producida y requerida en distintos países y crea un resultado óptimo para interconectar los sitios de producción y consumo.
Las demás fuentes de energía que el modelo seleccionó son la biomasa en 17 por ciento, y las centrales hidroeléctricas existentes en un 15 por ciento. La biomasa y las hidroeléctricas son utilizadas principalmente como respaldo o almacenamiento cuando la eólica no logra satisfacer la demanda.
El rol de las centrales solares térmicas sería limitado a 1,6 por ciento porque con la tecnología actual todavía se trata energía muy cara comparada especialmente con la eólica. La energía solar fotovoltaica directamente no participa. Según el modelo, esta debería reducir su precio 5 o 6 veces para ser competitiva. En cuanto se reduzca el precio en esos porcentajes formaría parte de la matriz en un 4 por ciento ubicando los paneles en las zonas más soleadas del desierto del Sahara.
Posible escenario de 19 regiones conectadas con cableado HVDC, según el diagrama de Gregor Czisch
Foto: sustentator.com
La transmisión de larga distancia se realizaría con tecnología HVDC (high voltaje direct current), en español "corriente continua de alto voltaje", que tiene sustancialmente menos pérdidas que la transmisión de corriente alterna utilizada comúnmente. Para distancias cortas, el alto costo de los conversores de corriente continua a corriente alterna hacen de las HVDC una mala opción económica pero son ideales para distancias mayores a los 600 kilómetros.
La HDVC en funcionamiento más larga del mundo es actualmente la que une la represa Inga con la mina de cobre Shaba en la Repúblia Democrática del Congo una distancia de 1700km y transportando 600MW.
El costo de energía calculado para el modelo es de 0,046 euros/kWh y es comparable con lo que se paga hoy en Europa (entre 0,06 y 0,10 euros/kWh). Según Czisch, los resultados son muy prometedores. Uniendo energías renovables y la infraestructura de la super grilla se podrá suministrar electricidad a 50 países a un costo inferior al actual, y liberar el sistema de las 1250 millones de toneladas anuales de emisión de CO2 actualmente emitidas por el sistema eléctrico Europeo. La construcción de la super grilla tendría un precio de 80.000 millones de dólares más el precio de las turbinas eólicas. Es una fracción del presupuesto que tiene la UE para reducir su huella de carbono 20% para el 2020. El paper de Gregor Czisch se puede bajar aquí .
fuente: http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1286957
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