4.10.2008

"Dibujar" o "Blanquear" el IPC, el gran dilema K

Manipular los números del INDEC sería seguir cometiendo un grave error ya que, además de la falta de crebilidad que lleva en la espalda el cuestionado instituto, sería una muestra más de falta de transparencia desde el gobierno y su credibilidad, ya en baja, se vería directamente afectada.
Cómo seguir "dibujando" el Índice de Precios al Consumidor, cuando quienes consumimos a diario encontramos en la realidad el punto máximo de inflación de los últimos años y nuestra "sensación térmica" advierte una elevada disminución de nuestro poder de compra, al tiempo que las principales consultoras privadas coinciden en pronosticar un 3,5%/4,0% de inflación en Marzo -que ya venía en alza en el mes, el lockout agrario y desabastecimiento sólo sumarían 1 punto- y entre un 25%/30% de inflación anualizada.

Tomando el otro camino, el del "blanqueamiento", estaríamos frente a una clara jugada oportunista del gobierno, el cual intentaría asociar el elevado aumento de precios sólo a los 21 días de lockout de las entidades agrarias -aún cuando éste representaría sólo un 1%-.
Además de culpar al campo, le dejaría al gobierno la puerta abierta para comenzar a "ajustar" el IPC, de una vez o de a poco, a la realidad.
Pero blanquear, significaría también hacer frente a los bonos emitidos.

Gran dilema.
Luis A. Borja López

4.07.2008

Actualidad Nacional | Columnas recomendadas

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4.03.2008

¿Qué nos dejó el conflicto?

Pasaron 3 semanas de conflicto, las familias y entidades del campo suspendieron el paro por 30 días, comenzando un período de tregua que se aventura como punto de partida para la solución actual de este conflicto que mantuvo en vilo al país durante 21 días.

En medio del conflicto llegó a mí una frase interesante que quería compartir: "En la sociedad, el hombre sensato es el primero que cede siempre. Por eso, los más sabios son dirigidos por los más necios y extravagantes"-Jean de la Bruyere, 1645-1696, escritor francés-.

Me pregunto, ¿qué nos dejó este conflicto? Quiero creer que el conflicto, la crisis, supone un cambio, generalmente constructivo y positivo, permite resurgir renovado. Un filósofo español dijo alguna vez que en la vida hay que morir varias veces para después renacer. Y que las crisis, aunque atemorizan, nos sirven para cancelar una época e inaugurar otra. Amén.

Me mantuve atento a todo lo que iba sucediendo, me comprometí mucho con el tema y me informé como pocas veces, casi al punto de la saturación. Debo reconocer que con los años, después de varias idas y venidas, aprendí a querer a mí país.

Al pasar de los días transitaron por mí varios sentimientos como la preocupación, la indignación, la bronca, la ignorancia ante algunos temas, el posterior aprendizaje, la impotencia, la esperanza, la desilusión, la ansiedad, el compromiso, la necesidad de expresarme y debatir, el miedo y las ganas de sumar -entre tantos otros sentimientos-.

Pude confirmar que la soberbia, la arrogancia y la prepotencia no nos conducen hacia ningún lado, en vez de unirnos nos distancia; y que el afán y abuso de poder no son buenos aliados de los gobiernos y se sufren más en democracia.

Fueron días agitados, muchos de nuestros intelectuales y referentes -analistas, periodistas, sociólogos, politicólogos, economistas, filósofos- se comprometieron y se animaron a opinar, a compartir su visión del conflicto, a explicarnos cómo son las cosas, cada uno desde su lugar y sumando al interés general. Me quedo con éstos -más allá de las discrepancias alguno de ellos- y no con quienes se mantuvieron callados, como ajenos al conflicto; no se animaron a opinar y, si lo hicieron, fueron portavoces de intereses ajenos, faltos de autoridad moral y convicción personal. Una realidad muy triste, penosa.

En fin, hubo una vasta actividad intelectual y debate. Personalmente, me parece de lo más positivo; considero que sumó y espero que sea un ejercicio que practiquemos más a menudo.

Veremos qué nos depara el futuro. Quiero creer que este conflicto que vivimos nos enseñó que sin visión a mediano y largo plazo, sin planificación y sin un rumbo, sin un modelo claro de país y objetivos compartidos, sin transparencia, enfoque y sinergia, no vamos hacia ningún lado. La realidad nos demostró que hay un camino que no debemos transitar porque seguiremos peleándonos ciegamente entre nosotros, dividiéndonos e involucionando; pero también nos dejó vislumbrar que estamos ante una nueva y especial oportunidad para crecer y salir adelante juntos. Espero que así sea.

Pueden decir que soy un soñador, pero creo no ser el único.
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4.01.2008

La Hija de la Pavota, por Fernando "Pino" Solanas

29/03/08

El conflicto desatado con las retenciones a la renta agraria, está dejando de lado a uno de los principales protagonistas de la crisis: el sector exportador y las multinacionales del cereal. Los Dreyfus, Bunge & Born, A.D.M, el grupo Cargill-Monsanto y otros, son los que mandan, fijan el precio y se apropian sin necesidad de una millonaria renta que ha llegado hasta un tercio del total. La Argentina es la hija de la pavota: de los cinco grandes países exportadores de granos, EE.UU. y la Comunidad Económica Europea subsidian la exportación cerealera e intervienen en apoyo de sus productores; los otros dos países -Australia y Canadá- mantienen el monopolio estatal sobre el comercio exterior a través de mecanismos similares a nuestra antigua Junta Nacional de Granos.

La crisis actual debe servir para replantear el conjunto del problema. ¿Cuál es la razón para ceder la renta y una política soberana e integral de sostén agrícola? No sólo para los productores de soja: ¿puede aceptarse que el productor de manzana o yerba mate reciba sólo el 10% del precio de venta? El desastre económico y social que significó la desaparición del 40% de los productores rurales que teníamos en los años setenta no puede aceptarse como irreversible. El otro tema grave que no puede soslayarse y parece ser el más temido, es la reforma agraria. De casi 500.000 productores pasamos a 300.000. Esas propiedades quedaron en manos de los bancos, grupos concentrados, terratenientes y sociedades anónimas. Hoy la mitad de la tierra pertenece a menos de 7000 propietarios y 40 millones de hectáreas pasaron a ser propiedad de extranjeros, incluso en áreas de frontera.

La expansión de la producción sojera está arrasando con la fertilidad de nuestras pampas, el bosque nativo y las tierras de los pueblos originarios contrariando la Constitución Nacional. La soja forrajera alcanza la mitad de la producción de cereales y el área sembrada llega hoy a los 35 millones de hectáreas, casi el 10% de la superficie total del país. Con certeza, el ingeniero Alberto Lapolla dice: "La sojización desenfrenada de la nación lejos de ser un hecho saludable, constituye un verdadero problema en expansión para la economía nacional y la protección de nuestro ecosistema agrícola, así como también para la vida misma de nuestros habitantes... Mientras los EEUU están tomando medidas para reducir la superficie sembrada con soja transgénica, pagando sobreprecios y más subsidios por la soja común, la Argentina sigue expandiendo la frontera sojera sin límite ni precaución alguna. "

Por la peligrosa tendencia al monocultivo sojero –el pasto-soja- nos estamos transformando de productores de alimentos en proveedores de forrajes para el mercado mundial. Desde Menem, hemos abandonando nuestra soberanía alimentaria, junto a la pérdida de los recursos minerales e hidrocarburíferos. El gobierno de los Kirchner ha profundizado el modelo agro-minero exportador: entregó el dominio total de los yacimientos a las provincias y éstas se lanzaron a prolongar -diez años antes de lo que marca la ley- las concesiones de Menem hasta el 2047. Santa Cruz ratificó hace dos semanas la prórroga del principal yacimiento de petróleo del país, Cerro Dragón, hasta su extinción definitiva. ¿Cuándo será el día en que la ciudadanía ocupe las plazas, bloquee las rutas y los puertos para impedir que se lleven nuestro petróleo y minería? Los hermanos bolivianos dieron el ejemplo, cuando en octubre del 2003 rebelándose contra el envío de gas a EEUU.

La política de retenciones es justa y la han utilizado todas las naciones para desarrollarse. Pero debe distinguirse a los pequeños e indefensos productores, de los grandes y la Sociedad Rural. No se pueden meter a todos en la misma bolsa ni ocuparse sólo de las explotaciones de la pampa húmeda, mientras se abandona al conjunto de los demás cultivos agrícolas y frutícolas del país. El conflicto agrario no se soluciona con posiciones de fuerza o soberbia, ni mezclando la protesta de los pequeños chacareros con los poderosos que terminan exigiendo la anulación de las retenciones. El gobierno puede destrabar el conflicto cambiando el sistema propuesto por retenciones segmentadas que no graven de igual forma al chico que al grande: el 4% de los productores -sólo 2817- concentran el 60% del cultivo de soja. El 96% restante -71.898 productores- producen el 40%. Los enemigos de la renta agraria siguen siendo las multinacionales del cereal y la oligarquía terrateniente. Sólo con la puesta en marcha de una Junta Nacional de Granos y Carnes y un plan de desarrollo agropecuario que incluya la recolonización y el repoblamiento rural, podremos recuperar el conjunto de la renta y dejar de ser los hijos de la pavota.

nota: Solanas es Ex candidato presidencial de Proyecto Sur en las últimas elecciones. Político y cineasta